Documentos, archivos y memorias del sometimiento de los pueblos originarios

Viernes, 28 Septiembre 2018

A continuación, ofrecemos un comentario sobre los aspectos más relevantes de esta publicación que revela documentos, archivos y memorias sobre el sometimiento de los pueblos originarios y fue destacada por los historiadores Felipe Pigna y Gabriel Di Meglio. 

 

El libro se presentará:

  • En Bariloche, el 9 de octubre.
  • En Trelew, el 18 de octubre, en la Feria del Libro.
  • En Viedma, el 24 de octubre, en las VII Jornadas de Historia de la Patagonia.

 

«En el país de nomeacuerdo. Archivos y memorias del genocidio del Estado argentino sobre los pueblos originarios, 1870-1950» es un libro publicado por la editorial de la Universidad Nacional de Río Negro en abril de 2018. Se trata de una compilación de siete trabajos de investigadores de distintas universidades nacionales acerca de las formas en que los pueblos originarios fueron perseguidos, sometidos y distribuidos por el territorio a partir de acciones decididas por el Estado argentino, pero que contaron con la participación de sectores de la sociedad civil y la Iglesia.  
En efecto, son los documentos, archivos y memorias que evidencian aquella participación –a veces para solicitar la intervención del Estado, otras para aprovechar sus consecuencias, siempre para colaborar con ellas–, el denominador común de estos trabajos.
Así, por ejemplo, el libro nos permite conocer cómo, a pedido de los vecinos no indígenas de la zona, se produjo la violenta intervención de la policía contra los habitantes originarios en la Línea Sur rionegrina durante los años 30. Violencia que, en este capítulo del libro, se recupera tanto desde la memoria de las víctimas como desde el registro producido por el comisario a cargo de esa campaña, Julián S. Álvarez (su nombre fue impuesto a la Escuela de Cadetes de Viedma) en un libro de su autoría.
Otros trabajos reconstruyen la manera en que indígenas de distintas regiones del país, hechos prisioneros y desplazados de sus lugares de origen, fueron distribuidos para trabajar en los ingenios azucareros de Tucumán o en las casas, estancias, fincas y obrajes de las familias más pudientes de Mendoza. En este último caso, además, tratándose en su mayoría de niños y niñas que tuvieron su bautismo y registro “civil” en las parroquias de esa provincia, de cuyas actas surge una extensa red de apropiadores.
También son elocuentes los archivos de la prisión y concentración de indígenas en la isla Martín García. Abundan los documentos que registran ingresos, egresos, envíos para distribución, condición médica  e, inclusive, fallecimientos de indígenas por diversas causas relacionadas con la persecución, los traslados y el confinamiento.   
Otro capítulo recupera las narrativas de hijos, nietos y bisnietos de las víctimas de la Conquista del Desierto a partir de entrevistas realizadas en el territorio patagónico (hoy provincias de Río Negro y Chubut) que dan cuenta del awkan (invasión), es decir, el reverso de lo que el discurso oficial denominó Conquista del Desierto. La dureza de los testimonios solo se equipara con la tristeza que genera el recuerdo: «Finada mamá sabía decir… sabía llorar, más lloraba de lo que me hablaba», «lo que jode es que uno, años que ya no habla, ¿no? (…) Yo me acuerdo cuando conversaba con mi padre, lloraba mi padre», dicen los entrevistados, antes de poder comenzar a narrar aquella barbarie.  
En todo caso, el libro impacta por el riguroso trabajo de investigación sobre documentos y archivos que, junto a la recuperación de la memoria social, dan cuenta de las diversas formas del sometimiento de los pueblos originarios. Registros estatales y eclesiásticos, numerosos recortes de periódicos regionales y del ámbito nacional, cartas entre funcionarios y vecinos, órdenes militares y publicaciones, entre otros, más la memoria de las víctimas y sus descendientes, le permitirán al lector ir más allá de las narrativas nacionalistas para descubrir mucho de lo que estas ocultan y silencian.
Los compiladores del libro son Walter Delrio (UNRN), Diana Lenton (UBA), Diego Escolar (UNCuyo) y Marisa Malvestitti (UNRN). Además, escriben Lorena Cañuqueo (UNRN), Mariana Gómez (UBA), Marcelo Musante (UBA), Mariano Nagy (UBA), Alexis Papazian (UBA), Pilar Pérez (UNRN), Leticia Saldi (UNCuyo) y Jorge Sosa (UBA).