Los cuentos de Walter Nievas quiebran la historia oficial de la Patagonia para, sin negar sus consecuencias, abrir el juego a nuevas percepciones de lo real, percepciones que quizá estuvieron allí desde siempre y permanecen para mostrarnos que somos algo más que los relatos consagrados. Lugareños y gringos, generales y paisanos, pueblos originarios y jóvenes contemporáneos establecen conexiones secretas e inéditas con un orden oculto o sobrenatural. Y esas conexiones alumbran insospechadas versiones alternativas sobre los discursos que construyeron el territorio patagónico.