Aunque la mayoría trabaja en la Universidad del Comahue, el proyecto interesó a la editorial de la UNRN. La intención es difundir los saberes de poblaciones campesinas y originarias sobre el medio ambiente.
El proyecto “Etnobiología de la Patagonia. La gente y su entorno en su dimensión biocultural” resultó seleccionado por la Editorial de la Universidad de Río Negro (EUNRN) para concretar un libro de la serie “Cuenta la ciencia”. El trabajo entre el colectivo de investigadores y los editores se estirará por ocho meses y puede estimarse que la publicación estará lista de aquí a un año. Impulsó la respuesta a la convocatoria Ana Ladio, integrante del Grupo de Etnobiología que trabaja en la Universidad Nacional del Comahue.
En charla con El Cordillerano, la científica describió que “el proyecto va a tratar de dar cuenta de los conocimientos que tienen las poblaciones campesinas acerca de su medio ambiente. Esa es nuestra idea: visibilizarlos como cuerpo de saber que tiene un estatus epistemológico que puede conversar con el conocimiento científico y darle luz. En su gran mayoría son conocimientos que pertenecen a comunidades originarias de la región, con las cuales hemos trabajado en muchos casos”.
Explicó que “desde la etnobiología, nuestro trabajo encuentra que en esos saberes sobre el medioambiente hay normas éticas que la sociedad occidental podría usar como guías éticas para el uso del ambiente. En las formas en que las personas utilizan el ambiente, hay valores, hay conceptualizaciones y miradas hacia su entorno como cohabitante al cual hay que respetar y cuidar. De alguna manera, eso genera prácticas mucho más sustentables que otras. Es la idea general del libro”, redondeó.
El volumen será de autoría colectiva. “Somos el Grupo de Etnobiología del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medio Ambiente (INIBIOMA), el instituto al cual pertenezco, de la UNCo y el CONICET. Somos más o menos 10 personas que han hecho sus tesis doctorales en distintas localidades y han trabajado en diferentes aspectos de la vida material y espiritual, pero básicamente con lo que tiene que ver con plantas y animales”.
En términos específicos, “hay varios trabajos sobre plantas comestibles, otras medicinales, sobre las que se usan para leña, sobre animales y su conocimiento, leyendas sobre animales y aves… Distintos aspectos que se han estudiado durante muchos años que tienen que ver por ejemplo, con cómo se usan las plantas y animales como señales del cambio del medioambiente. Son interpretadas por la gente del campo para gestionar el ganado, por ejemplo, la forma de vida más típica de estas comunidades… Entonces, nos resulta muy importante que estos saberes se visibilicen porque realmente son los que se están poniendo en juego en el uso del ambiente y son patrimonio”, consideró Ladio. “Son el patrimonio cultural de la Patagonia, al cual tenemos que cuidar”.
Novedad
A solicitud del cronista, la investigadora enseñó que la “etnobiología es una disciplina bastante nueva porque tendrá 50 años… Trata de estudiar los vínculos entre las personas y su medio ambiente. Lo más fácil es pensar los vínculos materiales pero no es solamente eso… Se trata de estudiarlos pero también a los vínculos simbólicos y los evolutivos, por ejemplo, cuando las personas domestican animales o plantas, porque ahí se establece un vínculo de co-evolución entre el humano y el recurso”.
En definitiva, sumó que la disciplina “trata de estudiar esos vínculos con básicamente dos objetivos: dar luz a los conocimientos locales como algo importante para el desarrollo regional y también importante en términos de multiculturalidad. Segundo, ahí también podemos encontrar prácticas del uso del ambiente que son mucho más sustentables que las prácticas que la sociedad de mercado en general, hace sobre el ambiente”, definió.
El resultado final “va a depender un poco del recorrido que hagamos con los editores pero parece que tiene muchísimo interés el tema de las plantas comestibles y las medicinales. En ese caso, nos gustaría contar no solo los aspectos utilitarios o más conocidos de las nativas de la Patagonia sino también estos aspectos simbólicos que se ven, que se siguen reproduciendo en el campo y tienen que ver con la mirada de que las plantas son seres que tienen alma a los cuales hay que pedirles permiso, cuidarlos y hacer un uso solidario”.
A Ladio nadie se lo contó: “eso es lo que se ve empíricamente en el campo: por ejemplo, hemos visto en numerosas comunidades que el cilantro silvestre, no se arranca la planta de raíz sino que siempre se deja para que otra familia pueda salir y recolectar. Eso se ve en muchos casos de plantas muy usadas, de importancia medicinal, simbólica y alimentaria”. El libro querrá contar “ese tipo de cosas: poder darle una vuelta a los saberes que a lo mejor ya son conocidos por las personas que viven en la Patagonia, pero se pueden mirar desde otro lugar para ver cómo otras sociedades los usan y los ven de otras maneras”. Aquello de “guía ética” debería quedar resonando…
Un gran desafío
Para la gente que está habituada a la escritura académica, incursionar en la divulgación “es un gran desafío”, concedió Ana Ladio. “Lo veo como un proceso de aprendizaje. Por lo que entendí, la editorial va a hacer un proceso de acompañamiento en el que vamos a aprender mucho de los expertos en comunicación, sobre cómo comunicar este tipo de datos e informaciones. Hay mucho para aprender”, insistió.
El resultado “va a ser un libro colectivo que va a reunir a los integrantes del grupo. En realidad, no solo incluye a gente del INIBIOMA sino también a estudiantes que forman parte del grupo y a investigadores que están en distintos lugares de la Patagonia: Esquel y Puerto Madryn. Tengo becarios que trabajan ahí y en la meseta de Chubut, así que vamos a hacer una integración de los trabajos que hemos hecho en las tres provincias del norte de la Patagonia: Río Negro, Neuquén y Chubut. Aunque la mayoría estamos acá, en la Universidad del Comahue… Tenemos un montón de registros de todas estas cosas que te conté, que nos parece importante darlas a conocer en el libro”, resaltó.
Ya hay un esbozo de cronograma. “Hemos hablado en una primera reunión de un trabajo conjunto de ocho meses, así que más o menos dentro de un año podría estar listo el libro. La EUNRN me ha dicho textualmente que les parece un libro necesario y oportuno, tal vez por las circunstancias que están viviendo las comunidades originarias de la Patagonia, para ver desde otros lugares a estas comunidades en el uso del territorio. También porque la disciplina es nueva y llamaría la atención”, supuso Ladio. Y con razón.
Fuente: El Cordillerano (nota de Adrián Moyano)